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¿Cuándo es necesario
el tratamiento?
Los agricultores deben aplicar los insecticidas para responder a un problema específico con una plaga en vez de hacer las aplicaciones en una manera rutinaria y promiscua. Idealmente, los insecticidas se deben usar solamente cuando el daño ha llegado al umbral económico. Este nivel varia con la especie de insecto, el cultivo, y el tipo y el grado de daños.
Pautas Generales (vea también la sección sobre las plagas mayores de los cultivos, de referencia):
Las plagas del suelo. Estas plagas se deben tratar de una manera preventiva con aplicaciones de pro-siembra o durante la siembra si existe un problema. Los tratamientos después de la siembra generalmente no son efectivos excepto en el caso de los cebos para los trazadores.
Los insectos que se alimentan de las hojas (crisomélidos, lepidópteros : Los cultivos pueden tolerar un nivel alto de defoliación mientras están produciendo hojas nuevas continuamente. La pérdida del área de hojas se hace más serlo al final de la etapa vegetativa, aunque la defoliación en las etapas tardías del desarrollo del grano no tiene gran efecto sobre el rendimiento.
Los barrenadores del tallo usualmente causan danos más serios a niveles mucho más bajos de población que la mayoría de los insectos de alimentación foliar. "La mosca del sorgo" (Atherigona soccata), el "ácaro del grano del sorgo" (Geromyia pennisetti), y una especie de saltahojas (Empoasca kraemeri) son otros ejemplos de insectos que llegan al umbral económico de daños con poblaciones relativamente bajas.
Los insectos chupadores: No todas las especies de áfidos y saltahojas diseminan las enfermedades virales. Por ejemplo, el CIAT descubrió que los rendimientos de frijoles se redujeron como el 6 por ciento por cada saltahojas. Empoasca kraemeri presente en cada hada, aunque esta especie no transmite ningún virus. Las plantas del frijol pueden tolerar los áfidos muy bien si no son especies capaces de transmitir el virus del mosaico común del frijol.
El Uso Efectivo del Pulverizador
Como Lograr la Cobertura Correcta
La extensión y la uniformidad de cobertura requerida depende de donde se encuentra el insecto y si se está usando un insecticida sistemático. En algunos casos, como el de las lagartas militares que se están alimentando de la vaina foliar, el insecto está muy localizado y la cobertura general no es necesaria. Otros insectos son más generales en su localización y requieren una pulverización de cobertura más completa sobre la planta entera. Puesto que son transferidos, los insecticidas sistemáticos no requieren la cobertura completa que piden los no-sistemáticos.
La cantidad de agua requerida para la cobertura adecuada varia con el tamaño de la planta, la densidad, el tipo de producto (los sistemáticos contra los no-sistemáticos), y la ubicación del insecto, pero sí hay unas pautas generales:
Las tasas de agua para los insecticidas: Cuando está cubriendo todo el follaje de plantas de tamaño maduro, por lo menos 500-550 litros de agua por hectárea se necesitan con pulverizadores convencionales. Cuando la pulverización es localizada o las plantas son muy pequeñas, el volumen de agua puede ser sólo la cuarta parte de esta cantidad.
Si hay un desagüe visible de las hojas es una indicación que está aplicando demasiado rocío, aunque el mismo efecto ocurre cuando no se usa suficiente humectante (esparcidor).
El Uso de Esparcidores y Pegadores
Un esparcidor (agente humectante) reduce la tensión de la superficie de las gotas del rocío, permitiendo que se esparsan en vez de quedarse en gotas individuales sobre la superficie de la hoja. Los esparcidoras mejoran mucho la uniformidad de la cobertura de las pulverizaciones y también evitan la pérdida de la solución por desagüe.
Un producto adherente (pegador) es una sustancia como una goma que ayuda que la aspersión se adhiera a la superficie de la hada y resista el desagüe por las lluvias o el riego.
Hay muchos pegadores y esparcidoras comerciales, incluyendo combinaciones adherentes-esparcidores. La etiqueta del pesticida indica si el uso de un esparcidor o un pegador es necesario. Si está pulverizando el suelo, ni el esparcidor ni el pegador son necesarios. Cuando se pulveriza la vaina foliar del maíz, no se necesita un esparcidor, aunque un adherente podría ser útil. El uso de pegadores y esparcidoras es especialmente importante para la aplicación de la mayoría de los fungicidas foliares.
Los productos adherentes y esparcidoras comerciales son relativamente baratos. Además, si no son disponibles en el mercado, se pueden fabricar en casa. Las claras de huevo, la casaba (yuca, manioc), la harina, y la maicena se pueden usar para pegadores en una mezcla de 15 cc por 15 litros. El Jabón de cocina liquido es un esparcidor adecuado a la misma tasa.
Los esparcidoras desionizados: Los herbicidas de post-emergencia Paraquat y diquat son diferentes porque requieren el uso de esparcidoras especiales no-ionicos para evitar la desactivación (la pérdida de la efectividad). Un esparcidor desionizado comunmente asequible es el Ortho-77.
Como Escoger una Boquilla
Las boquillas de pulverización son asequibles en una variedad de potencias, angulos de pulverización, y tipos de dirección de la pulverización. La selección correcta de la boquilla tiene una influencia importante sobre la efectividad de los pesticidas.
La Potencia de las boquillas: Muchos pulverizadores de espalda (de mochila) vienen con boquillas ajustables que le permiten al agricultor variar la potencia haciendo su pulverización más fina o más gruesa. Esto pareciera ser una ventaja pero estas boquillas no mantienen la graduación muy bien y la potencia puede cambiar considerablemente durante la aplicación. Esto es inadecuado cuando se necesitan dosificaciones precisas, y hace difícil la calibración de los pulverizadores. Las boquillas de abertura fija son disponibles en una variedad de potencias y se deben usar en cuanto sea posible.
El ángulo de la Pulverización: vea la pulverización en plano.
El tipo de dirección de la Pulverización: Se debe escoger con mucho cuidado el tipo de dirección que sea adecuado para el trabajo.
El tipo de dirección de la Pulverización
Direcciones de Pulverizaciones
Las boquillas de abanico son ideales para hacer esparciones (coberturas completas) de insecticidas o herbicidas por la superficie del suelo (y sobre las malezas pequeñas). La tasa de aplicación aminora a los dos bordes, y por eso las direcciones de las boquillas vecinas deben recubrir por tres o cuatro dedos al nivel del suelo para lograr una distribución igual. Las boquillas de abanico no proveen tan buena cobertura como las boquillas cónicas usadas para pulverizaciones foliares. Las boquillas de abanico vienen con varios ángulos de ancho de pulverización. Los ángulos más anchos permiten que el brazo del pulverizador se use más cerca al suelo y ésto aminora los problemas de la dispersión del pesticida en días ventosos.
Las boquillas de abanico plano se deberían usar para aplicaciones terrestres de pesticidas en bandas. La potencia de la aspersión no aminora a los bordes, y por eso las direcciones no deben cruzarse para uso como esparciones.
Las boquillas de pulverización de cono sólido dan mejor cobertura del follaje que las boquillas de abanico pero no se deben usar para aplicaciones terrestres de herbicidas e insecticidas.
Las boquillas de cono hueco ofrecen una cobertura foliar un poco mejor que las de forma de cono sólido puesto que causan más agitación de las hojas cuando la pulverización pasa por encima de las plantas.
La mangara de caucho
Coloque las boquillas derecho en la dirección de la aspersión para que la pulverización pase a lo largo de la hilera en vez de cruzarla
Ilustración por Rohm & Hass Co.,
Philadelphia, Pennsylvania, E.E.U.U.
El diseño ideal del aguilón para la aplicación de insecticidas y fungicidas para lograr una cobertura uniforme. Note que las boquillas de cono se posicionan a un ángulo de 30° al vertical tanto como a 30° al horizontal. Para los cultivos de plantas de tamaño pequeño o mediano se necesita solo un nivel de boquillas de cono.
Boquillas de pulverización de cámara de rotación (anti-obstrucción) son boquillas de cono hueco y ángulo que se pueden usar en lugar de las boquillas de abanico. Su diseño reduce las obstrucciones, y la dispersión es disminuida por la dirección de ángulo ancho (la cual permite que se opere el aguilón del pulverizador a menos altura) y el tamaño más grande de las gotas.
Las mellas de las boquillas: Las boquillas usadas con las barras pulverizadores de tractor usualmente llevan una malla o coladero para ayudar a evitar las obstrucciones. Algunos pulverizadores de mochila tienen coladeros o tienen como añadirlos. La limpieza rutinaria es necesaria, especialmente cuando se usan los polvos para emulsiones.
Ayudas para el uso de pulverizadores de mochila para la aplicación de insecticidas
Use una buena presión y un rocío fino. Si ocurre demasiado dispersión (se forma una llovizna) es porque la presión está muy alta.
Mantenga un ritmo igual por todo el campo. Evite parar en cada planta si el cultivo no es muy grande.
Mueva la muñeca mientras está pulverizando para que la aspersión caiga sobre el follaje por diferentes ángulos.
Posicione la boquilla a suficiente distancia del follaje para que la pulverización tenga tiempo de dispersarse antes de tocar las hojas.
Si está usando un polvo para emulsiones, acuérdese de agitar la aspersora periodicamente para mantener el pesticida en solución.
Lleve a mano un pedazo de alambre suave para limpiar las obstrucciones de las boquillas, pero úselo con cuidado para evitar dañar la abertura de la boquilla.
No pulverize las plantas cuando las hojas están mojadas o cuando se espera que llueva dentro de unas horas después de la aplicación.
No añada los polvos para emulsiones o las concentraciones emulsionables (CE) directamente al tanque de la aspersora. Mézclalos completamente primero en un cubo con varios litros de agua. Asegure que los polvos para emulsiones estén completamente disueltos.
La Compatabilidad de los Pesticidas
La mayoría de los pesticidas son compatibles dentro del tanque del pulverizador, pero es mejor asegurarse leyendo la etiqueta. Para algunos cultivos como el cacahuete y las legumbres, los insecticidas foliares y los fungicidas frecuentemente se aplican Juntos. Cuadros de compatibilidad de pesticidas son asequibles por medio de muchas de las compañías de pesticidas.
El agua con un valor pH de 8.0 o más alto (alcalino) causa una descomposición rápida de los insecticidas de fosfatos orgánicos. Estos niveles altos de pH usualmente están limitados a las áreas de piedra caliza o de pocas lluvias. Hay agentes especiales tamponados para bajar el nivel pH si es necesario.
Algunos insecticidas son fitotóxicos (dañinos) a ciertos cultivos. Siempre revise las instrucciones de la etiqueta. Las formulaciones de polvos para emulsiones tienden a ser menos tóxicos a las plantas que las concentraciones emulsionables, especialmente a temperaturas más altas de 32° C.
El Sorgo:
El Triclorofón le causa daños severos. El Azodrín y el metil paratión ocasionan algunos daños.
El Cacahuete:
Los danos menores al follaje que aparecen en forma de manchas pardas rojizas en las hojas más tempraneras a voces son causados por las aplicaciones terrestres de carbofurán, Timet, y Di-sistón. Las plantas normalmente siguen creciendo a pesar del daño, sin reducción del rendimiento. Las variedades corredoras en suelos arenosos son las más sensibles, y la dosis se debe reducir por 25 por ciento bajo estas condiciones.
Las Recomendaciones de Insecticidas para los Cultivos de Referencia
En este manual no se recomiendan pesticidas específicos para los cultivos de referencia a causa del potencial para la clasificación errada de las plagas y el uso incorrecto de los pesticidas. En vez de depender de este manual para diagnosticar los problemas y seleccionar los pesticidas, se recomienda que dependa de las recomendaciones de insecticidas del servicio de extensión del país si tienen la reputación de ser efectivas y si no se trata de los químicos de alta toxicidad de la Clase 1 (Vea el Apéndice K).
Antes de
usar cualquier insecticida, refiérese a las pautas de seguridad
y a los datos sobre la toxicidad que se encuentran en el
Apéndice K. Siempre conozca la toxicidad relativa y los peligros
ambientales de los productos que usa o recomienda.
Los Tipos de
Enfermedades y su Identificación
Las enfermedades parásitas contra las no-parásitas
Las enfermedades parásitas son causadas por ciertos tipos de hongos, bacteria, y virus que invaden las plantas y multiplican dentro de los tejidos.
Las enfermedades no-parásitas (no-infecciosas) son causadas por condiciones ambientales desfavorables o otros factores no-parásitos como:
Excesos, deficiencias o imbalances de los nutrimentos del suelo.
Exceso de acidez o alcalinidad del suelo.
Extremos de temperatura.
El drenaje inadecuado o la sequía.
Los daños causados por las máquinas, los abonos, o los pesticidas.
Las sustancias tóxicas al aire como el ozono y el ácido sulfuroso.
Algunas de estas condiciones no-parásitas producen síntomas que se pueden confundir fácilmente con ésos de las enfermedades parásitas.
Las enfermedades fangales
Los hongos son pequeñas plantas parásitas sin raíces, hojas o clorofila que se alimentan de la materia orgánica viva o descompuesta. Se reproducen y se diseminan por medio de semillas microscópicas que se llaman esporas. Algunos hongos, como ésos que ayudan a descomponer los residuos de los cultivos en humus, son beneficiosos. Los hongos pueden penetrar directamente en las semillas, el tejido de las hojas o las piedras o pueden entrar por heridas o aberturas naturales. Los tipos generales de enfermedades fungóides son las manchas foliares que pueden ocasionar la defoliación, la pudrición de las semillas, los tallos, los pedúnculos, las raíces, las panojas, las vainas, y las mazorcas; y los mildius y los anublos del almacenamiento.
Las enfermedades causadas por hongos son las pestes mas comunes de los, cultivos de referencia porque las esporas son altamente resistentes a las condiciones desfavorables. Son transmitidas fácilmente por el viento, el agua, el suelo, y los enseres agrícolas, y algunos tipos también pueden ser regados por las mismas semillas. La mayoría de las enfermedades fangales se desarrollan y se diseminan mucho más rápido bajo condiciones de alta humedad. Una característica común de las pestes ocasionadas por hongos es la habilidad de mutación para producir nuevas razas que son resistentes a ciertos fungicidas.
Las enfermedades bacterianas
Las bacterias son organismos microscópicos de una célula que se multiplican por medio de la división de la célula. Igual a los hongos, algunas bacterias son beneficiosas y hacen trabajos esenciales como la conversión de nutrimentos orgánicos no-disponibles en formas inorgánicas (minerales) disponibles. Otras invaden las plantas y causan enfermedades que producen manchas foliares, añublos, agallas) y pudriciones de las frutas y los tallos. Por varias razones, las enfermedades bacterianas generalmente son mucho menos prevalentes que las fungóides.
Las bacterias carecen de una etapa resistente de esporas y son muy dependientes de las temperaturas y las condiciones de humedad favorables.
Al contrario del caso de los hongos, las bacterias no pueden penetrar a fuerza el tejido de las plantas sino que tienen que entrar por las aberturas naturales o las heridas.
Aunque las enfermedades bacterianas pueden ser transmitidas por las lluvias llevadas por los vientos, los equipos agrícolas, y ciertos tipos de insectos (principalmente algunos crisomélidos), son transmitidas mucho menos rápido que las enfermedades fangales.
Las enfermedades virales
Los virus son partículos microscópicos que consisten de un centro de ácido nucléico (el material genético) cubierto por una capa de proteína. Los virus pueden multiplicarse por medio de las células hospedantes, las cuales usan para producir más partículos de virus y para alteraciones que producen nuevos virus. Son transmitidas principalmente por los insectos chupadores como los áfidos las saltahojas (chicharritas, y los trips). La relación entre estos insectos vectores (los insectos que transmiten la enfermedad) y las virus a veces es muy específica. Por ejemplo, el virus de la roseta del cacahuete es transmitido por sólo una especie de áfido. Las malezas son susceptibles a ciertos virus y sirven de hospedantes alternos para las enfermedades virales que son transmitidas por los insectos chupadores a los cultivos.
Los virus usualmente no matan a las plantas, pero pueden reducir gravemente los rendimientos y la calidad. Producen una gran variedad de síntomas como el moteado de las hojas (manchas), el torcimiento de las hojas, las manchas cloróticas (amarillas) o necróticas (muertas) sobre las hojas, la defoliación, y el macollamiento excesivo.
Como Identificar las Enfermedades de las Plantas
Algunas enfermedades pueden ser fácilmente identificadas en el mismo campo por la gente no-profesional. Pero en otros casos la diagnósis precisa require bastante experiencia en el campo y a veces la consulta experta de un fitopatólogo y un laboratorio. Para más información sobre la identificación de las enfermedades de las plantas, vea el Apéndice I, "El Diagnóstico de los Problemas Comunes de los Cultivos de Referencia". En la bibliografía se encuentran fuentes de referencia que ofrecen descripciones detalladas de las enfermedades de los cultivos de referencia.
Los Métodos del Control de Enfermedades y la Efectividad
La Prevención contra la Cura
La gran parte de las enfermedades como los virus y las pudriciones bacterianas o fungosas de las semillas, las plantas semilleros, las raíces, los tallos y los pedúnculos no pueden ser controlados una vez que entran el tejido de la planta. Se puede lograr un control adecuado o bueno de las manchas foliares causadas por hongos con los fungicidas foliares pero por lo general es ineconómico con los cultivos de valor bajo como el maíz, el mijo, y el sorgo. Por esta razón los métodos de control de enfermedades generalmente se ocupan de la prevención en vez de la cura.
Los Métodos No-Químicos del Control de Enfermedades
Las variedades resistentes: La resistencia a las enfermedades es una prioridad alta entre los criadores de plantas. Los criadores han encontrado las fuentes genéticas de la resistencia a algunas de las enfermedades más serias, especialmente los virus y otros tipos para los cuales no hay controles químicos efectivos y económicos. A pesar de ésto, la resistencia no quiere decir una inmunidad de 100 por ciento, y la capacidad de los virus y los hongos de transformarse en especies nuevas por medio de la mutación ha causado algunos problemas.
Las semillas libres de enfermedad: Algunas enfermedades como los añublos bacterianos y el virus del mosaico común del frijol pueden ser transmitidas por las semillas. El uso de semillas certificadas que están limpias y sanas es una práctica del manejo importante en muchas áreas frijoleras.
El control de las plantas hospedantes y los insectos vectores: Esto es especialmente importante para el control de ciertas enfermedades virales y requiere la limpieza de las malezas hospedantes y otra vegetación natural que sirve de fuentes de infección. En algunos casos se siembran cultivos no susceptibles alrededor del campo en una banda de 15-20 m anchura para "descontaminar" los insectos chupadores unten de que lleguen al cultivo susceptible. (Usualmente no es práctico para el pequeño agricultor). También se incluye el método de remover (entresacar) las plantas del cultivo que están infestadas por el virus. Sin embargo, la remoción no es efectiva para la gran parte de las enfermedades fangales y bacterianas.
El manejo de los residuos del cultivo: La quemadura y el enterramiento de los residuos es un método de prevención efectivo para algunas enfermedades como la pudrición del tallo sureña del cacahuete.
Otras practicas del manejo: Varias de éstas pueden aminorar los problemas con ciertas enfermedades: no escardar cuando las plantas están mudadas; regar por las mañanas cuando se están usando métodos manuales para que las hojas del cultivo queden secas por las noches; usar semilleros en caballones para ayudar el drenaje; y desinfestar los enseres agrícolas.
La rotación de los cultivos: Esto puede reducir la ocurrencia de muchas enfermedades fungóides y bacterianas, especialmente ésas que son transmitidas por el suelo, pero tiene poco efecto sobre los virus. La monocultura no presenta ningún problema con respeto a las enfermedades mientras se estén desarrollando e introduciendo nuevas variedades resistentes continuamente para responder a los nuevos problemas. Pero esta respuesta es improbable en los países en desarrollo.
El cultivo intercalado: Esta práctica puede reducir o intensificar los problemas con enfermedades, según las mezclas de cultivos escogidas y las enfermedades que pueden compartir.
Los Métodos de Control Químicos
Los fungicidas se pueden aplicar a las semillas, al suelo, y a las hojas y proveen un control entre mediocre y bueno de ciertas enfermedades ocasiondas por los hongos. Se aplican principalmente como protecciones.
Los tratamientos de semillas con un polvo o liquido fungicida efectivamente previene las pudriciones de semillas ("el salcocho" de pro-emergencia) causado por los hongos del suelo. Este método también mata a cualquier enfermedad fungal transmitida por el tegumento, como el carbón volador y el carbón cubierto que atacan las plantas adultas del sorgo.
Puesto que los tratamientos de semillas principalmente protegen a la semilla, no son tan efectivos en prevenir los añublos de las plantas semilleros (pudriciones) y las pudriciones radicales de las plantas semilleras. Un fungicida sistemático para tratamientos de semilla llamado Vitavax (Carboxin) ofrece mejor control.
Los tratamientos no controlan las enfermedades fangales transmitidas por el suelo o el aire que atacan a las plantas mayores, como las manchas foliares y las pudriciones de los tallos, de las ramas, y de las raíces.
Las aplicaciones terrestres a veces ayudan en el control. Algunos fungicidas como el PCNB (Terraclor), Vitavax (Carboxin), y Benlate (benomil) pueden ser aplicados en pulverizaciones o espolvoraciones a la semilla o a la hilera durante el crecimiento para controlar ciertas pudriciones fangales de los tallos y las raíces.
Esas aplicaciones terrestres Jamás son ni necesarias ni económicas para el maíz, el sorgo, y el mijo, pero pueden ser lucrativas sobre los cultivos de alto-rendimiento de los cacahuetes y los frijoles donde se hayan identificado problemas de enfermedades.
Los fungicidas foliares se pueden aplicar en forma de espolvoraciones o pulverizaciones sobre el follaje para controlar las enfermedades de manchas foliares fangales. La mayoría de los fungicidas foliares sirven de protección para ayudar en la prevención o para aminorar la diseminación de las manchas foliares. Algunos de los fungicidas sistemáticos recientemente desarrollados como el Benlate (benomíl) y Mertect (tiabendezole) también tienen propiedades de erradicación.
La gran parte de los fungicidas foliares tienen poco o ningún efecto sobre las manchas foliares bacterianas pero los fungicidas a base del cobre proveen controles adecuados o buenos. Los fungicidas foliares usualmente no son económicos para el maíz, el sorgo, y el mijo pero con frecuencia son esenciales para el control de la mancha foliar Cercospora del cacahuete y puede ser muy económica en ese caso. El uso de fungicidas foliares sobre los frijoles se puede Justificar cuando los rendimientos son de tasa alta o mediana y las manchas foliares fangales llegan a ser un problema.
Los esterilizantes del suelo como el bromuro de metilo, el formaldehido, Basamid, y Vapam controlan los hongos del suelo, las bacteria, los insectos, las malezas, y los nematodos. Se aplican antes de la siembra y se dejan dispersar antes de sembrar las semillas. Los esterilizantes del suelo con frecuencia se usan sobre los semilleros del tabaco y los transplantes de vegetales, pero son muy caros para usar con los cultivos de referencia.
Los antibióticos como la estreptomicina y la terramicina son bacteriacidas usadas como pulverizaciones foliares o inmersiones para las plántalas transplantadas para controlar ciertas enfermedades bacterianas. Otros antibióticos como Kamusin (Kasugamycin) y Blasticidin son efectivos contra ciertas enfermedades fangales como el añublo del arroz y son usados frecuentemente en el Japón. El costo alto los hace ineconómicos para uso con los cultivos de referencia. Hay varios problemas asociados con los antibióticos, específicamente los residuos, el desarrollo de especies resistentes de hongos y bacterias, y la fitotoxicidad ocasional.
El uso de los insecticidas para controlar los insectos vectores: Raras veces es completamente efectivo porque el control total es imposible.
El Control Integrado de Enfermedades
El control integrado de enfermedades requiere la combinación del uso de ambos los métodos químicos y los no-químicos. Con la excepción de los fungicidas a base de mercurio que a veces se usan como aplicaciones a las semillas, los fungicidas causan pocos peligros tóxicos o ambientales, a diferencia de algunos de los insecticidas. Los incentivos para el control integrado son las razones económicas y el hecho de que muchas enfermedades no se pueden controlar adecuadamente con los químicos.